Fordson 7V
Fordson 7V
Este es un trabajo un poco diferente.
No vamos a ver este camión en ningún circuito ni llevando coches de carreras ni nada por el estilo.
Vayamos por partes:
Los camiones, la maquinaria de obras públicas, los tractores… siempre me han llamado la atención.
Por otra parte, mis amigos de Otero Scale Models, Victor y Jaime, los mejores en lo suyo, me propusieron hacer uno de sus kits… ¡no me pude resistir!.
Y, para cerrar el círculo, los camiones raros, cincuenteros, británicos o sencillamente diferentes son una tentación excesiva.
Ya tenemos el coctel completo.
El camión es un Fordson 7V. remotorizado en mi caso con motor Barreiros.
La marca, en principio y en el entorno de la Primera Guerra Mundial, comenzó construyendo tractores con unos principios de diseño similares al del sempiterno Ford T. Sencillo, fiable (no las primeras series) relativamente asequible. Era más barato que mantener los animales necesarios para un trabajo similar.
Los tractores se produjeron, en principio, en Estados Unidos y rápidamente se instaló una planta en Cork, Irlanda. En esa época todavía era parte del Reino Unido. Posteriormente se fabricaría en varios sitios por todo el mundo.
En el año 1937 la Ford de las islas británicas presentaron un camión novedos, con cabina adelantada y un motor de nuevo diseño configurado como V8 de gasolina y culatas planas, proporcionando una potencia de 85 CV, nada mal en su época, a través de una caja de cambios de cuatro velocidades.
Entre 1937 y 1938 la rejilla del radiador ra curva, y plana a partir de1939.
Tenía el techo corredizo sobre el asiento del pasajero, supongo que a modo de aire acondicionado
En España fue Ford Ibérica la encargada de su importación a través de sus instalaciones en Barcelona, siendo frecuentes en los años 50 e incluso parte de los 60.
Fue frecuente su remotorización, adaptándoles motores diesel Perkins o, como es el caso del mío, Barreiros. Hubo dos batallas, pero en España solo se comercializo la larga.
El kit llegó perfectamente embalado y protegido. Como suele ser norma en los kits de marcas artesanales, en una caja de cartón con burbujas de plástico, embolsado y, lo que más me llamó la atención, con el chasis sujeto con cinta a un taco de madera para evitar deformaciones. Ya sabemos que las resinas pueden ser temperamentales.
Instrucciones pormenorizadas paso a paso y a color, fotograbados, ruedas de goma, un transparente termoformado para las lunas laterales, otro troquelado para el parabrisas y calcomanías de calidad completan el conjunto.
Puse el despiece sobre la mesa, saque lijas limas y cuchillas, lupa (uno empieza a tener una edad) lo estudié con detalle y guardé con todo cuidado limas, lijas y cuchillas. ¡En la vida había visto un kit tan perfecto! Nada. Y nada es nada, ni una rebaba, ni una línea de molde… nada. Pintar y montar directamente. En la vida había visto cosa igual. Palabra, no es porque sean amigos, es que no he visto nada así nunca. Hice un cierto montaje “en seco” más por la curiosidad de ver cómo va a quedar que por necesidad.
He escaneado las instrucciones, me evito hacer una descripción del conjunto.
Comienzo con el trabajo. No suelo imprimar las resinas cuando pinto con lacas al agua tipo Tamiya o Mr Hobby. Nunca he tenido ningún problema y me quito una capa que siempre tiende a empastar detalles.
Tras montar chasis, transmisión eje trasero, eje delantero me pongo a pintar. Este último trae la posibilidad de colocar una varilla a modo de eje, o dotarlo de dirección funcional. Cómo no, funcional.
A la base le He dado un color marrón obscuro regular en todo el conjunto para después ir aplicando rojo mate de Tamiya de forma que reservo el marrón en los recovecos.
Sin meterme en grandes líos he aplicado el color de arriba abajo para acentuar las luces y sombras, más o menos como en los vehículos militares. Después, a las zonas superiores le he ido aplicando poco a poco pequeñas cantidades de amarillo para ir dando ese aspecto iluminado.
Tras un barnizado en brillo con Tamiya, sombreo y enguarro con marrones y negros. Esta vez he usado tintas de Citadel. Nuevo barnizado, esta vez en mate y con lapiceros acuarelables remarco aristas con tonos rosas y naranjas, y utilizo marrones para simular pequeños arañazos.
Pequeños toques de color plata o aluminio para las tuercas, sombreados para selectivos para remarcar algún detalle que otro, algún volumen… y listo.
A continuación, la cabina y los guardabarros.
Para la primera he usado un azul obscuro para empezar y de la misma manera que el chasis, he ido aclarando las distintas partes, siempre de arriba abajo. He usado un azul grisáceo como color dominante porque me ha parecido un buen contraste con el rojo del chasis y de aspecto bastante “industrial”.
En las partes superiores he llegado a meter algo de blanco. Los guardabarros están pintados de forma parecida, pero con negro de base u grises de blanco y negro cada vez más claro.
A partir de aquí, más de lo mismo… remarcado de juntas con tinta de Citadel azul, pequeños arañazos a lápiz con color azul claro, algún descuelgue de mugre con azul obscuro, también a lápiz… también he aplicado pequeños toques morados en las sombras para aumentar los matices. Después queda todo muy atenuado con el empolvado. No se ve, pero se siente.
Unos toques de lápiz acuarelable marrón y marrón naranja resuelven bastante bien lo de los pequeños piques de pintura.
Por cierto, ya que se ven las ruedas, están tratadas con pigmentos en polvo y después frotados con el dedo.
Una vez colocados los transparentes juego con barniz mate levemente ensuciado en ocasiones con color arena claro para simular polvo. En el parabrisas he hecho un enmascaramiento para simular el barrido de los limpiaparbrisas. Por cierto, cambié los “limpias” por otros de plástico estirado. No es que fueran malos, que no lo son, es que perdí uno…
El interior, más o menos igual aunque he exagerado un poco los contrastes para que se aprecien a través de las ventanas. De todas maneras, aunque los transparentes realmente lo son, me he encargado de pringarlos. ¡Qué se le va a hacer!
Una cosa que si he hecho y no venía en el kit son los biseles de los relojes. Una vez pintado el salpicadero y colocadas las calcas, con aros de alambre de estaño fino y una gota de barniz brillo. Es una manía mía, pero hacen la misma falta que un cenicero en una moto.
Y enseguida la caja…
No vamos a ver este camión en ningún circuito ni llevando coches de carreras ni nada por el estilo.
Vayamos por partes:
Los camiones, la maquinaria de obras públicas, los tractores… siempre me han llamado la atención.
Por otra parte, mis amigos de Otero Scale Models, Victor y Jaime, los mejores en lo suyo, me propusieron hacer uno de sus kits… ¡no me pude resistir!.
Y, para cerrar el círculo, los camiones raros, cincuenteros, británicos o sencillamente diferentes son una tentación excesiva.
Ya tenemos el coctel completo.
El camión es un Fordson 7V. remotorizado en mi caso con motor Barreiros.
La marca, en principio y en el entorno de la Primera Guerra Mundial, comenzó construyendo tractores con unos principios de diseño similares al del sempiterno Ford T. Sencillo, fiable (no las primeras series) relativamente asequible. Era más barato que mantener los animales necesarios para un trabajo similar.
Los tractores se produjeron, en principio, en Estados Unidos y rápidamente se instaló una planta en Cork, Irlanda. En esa época todavía era parte del Reino Unido. Posteriormente se fabricaría en varios sitios por todo el mundo.
En el año 1937 la Ford de las islas británicas presentaron un camión novedos, con cabina adelantada y un motor de nuevo diseño configurado como V8 de gasolina y culatas planas, proporcionando una potencia de 85 CV, nada mal en su época, a través de una caja de cambios de cuatro velocidades.
Entre 1937 y 1938 la rejilla del radiador ra curva, y plana a partir de1939.
Tenía el techo corredizo sobre el asiento del pasajero, supongo que a modo de aire acondicionado
En España fue Ford Ibérica la encargada de su importación a través de sus instalaciones en Barcelona, siendo frecuentes en los años 50 e incluso parte de los 60.
Fue frecuente su remotorización, adaptándoles motores diesel Perkins o, como es el caso del mío, Barreiros. Hubo dos batallas, pero en España solo se comercializo la larga.
El kit llegó perfectamente embalado y protegido. Como suele ser norma en los kits de marcas artesanales, en una caja de cartón con burbujas de plástico, embolsado y, lo que más me llamó la atención, con el chasis sujeto con cinta a un taco de madera para evitar deformaciones. Ya sabemos que las resinas pueden ser temperamentales.
Instrucciones pormenorizadas paso a paso y a color, fotograbados, ruedas de goma, un transparente termoformado para las lunas laterales, otro troquelado para el parabrisas y calcomanías de calidad completan el conjunto.
Puse el despiece sobre la mesa, saque lijas limas y cuchillas, lupa (uno empieza a tener una edad) lo estudié con detalle y guardé con todo cuidado limas, lijas y cuchillas. ¡En la vida había visto un kit tan perfecto! Nada. Y nada es nada, ni una rebaba, ni una línea de molde… nada. Pintar y montar directamente. En la vida había visto cosa igual. Palabra, no es porque sean amigos, es que no he visto nada así nunca. Hice un cierto montaje “en seco” más por la curiosidad de ver cómo va a quedar que por necesidad.
He escaneado las instrucciones, me evito hacer una descripción del conjunto.
Comienzo con el trabajo. No suelo imprimar las resinas cuando pinto con lacas al agua tipo Tamiya o Mr Hobby. Nunca he tenido ningún problema y me quito una capa que siempre tiende a empastar detalles.
Tras montar chasis, transmisión eje trasero, eje delantero me pongo a pintar. Este último trae la posibilidad de colocar una varilla a modo de eje, o dotarlo de dirección funcional. Cómo no, funcional.
A la base le He dado un color marrón obscuro regular en todo el conjunto para después ir aplicando rojo mate de Tamiya de forma que reservo el marrón en los recovecos.
Sin meterme en grandes líos he aplicado el color de arriba abajo para acentuar las luces y sombras, más o menos como en los vehículos militares. Después, a las zonas superiores le he ido aplicando poco a poco pequeñas cantidades de amarillo para ir dando ese aspecto iluminado.
Tras un barnizado en brillo con Tamiya, sombreo y enguarro con marrones y negros. Esta vez he usado tintas de Citadel. Nuevo barnizado, esta vez en mate y con lapiceros acuarelables remarco aristas con tonos rosas y naranjas, y utilizo marrones para simular pequeños arañazos.
Pequeños toques de color plata o aluminio para las tuercas, sombreados para selectivos para remarcar algún detalle que otro, algún volumen… y listo.
A continuación, la cabina y los guardabarros.
Para la primera he usado un azul obscuro para empezar y de la misma manera que el chasis, he ido aclarando las distintas partes, siempre de arriba abajo. He usado un azul grisáceo como color dominante porque me ha parecido un buen contraste con el rojo del chasis y de aspecto bastante “industrial”.
En las partes superiores he llegado a meter algo de blanco. Los guardabarros están pintados de forma parecida, pero con negro de base u grises de blanco y negro cada vez más claro.
A partir de aquí, más de lo mismo… remarcado de juntas con tinta de Citadel azul, pequeños arañazos a lápiz con color azul claro, algún descuelgue de mugre con azul obscuro, también a lápiz… también he aplicado pequeños toques morados en las sombras para aumentar los matices. Después queda todo muy atenuado con el empolvado. No se ve, pero se siente.
Unos toques de lápiz acuarelable marrón y marrón naranja resuelven bastante bien lo de los pequeños piques de pintura.
Por cierto, ya que se ven las ruedas, están tratadas con pigmentos en polvo y después frotados con el dedo.
Una vez colocados los transparentes juego con barniz mate levemente ensuciado en ocasiones con color arena claro para simular polvo. En el parabrisas he hecho un enmascaramiento para simular el barrido de los limpiaparbrisas. Por cierto, cambié los “limpias” por otros de plástico estirado. No es que fueran malos, que no lo son, es que perdí uno…
El interior, más o menos igual aunque he exagerado un poco los contrastes para que se aprecien a través de las ventanas. De todas maneras, aunque los transparentes realmente lo son, me he encargado de pringarlos. ¡Qué se le va a hacer!
Una cosa que si he hecho y no venía en el kit son los biseles de los relojes. Una vez pintado el salpicadero y colocadas las calcas, con aros de alambre de estaño fino y una gota de barniz brillo. Es una manía mía, pero hacen la misma falta que un cenicero en una moto.
Y enseguida la caja…
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Re: Fordson 7V
Que trabajazo de pintura has metido Victor, me gusta muchisimo. Esperando por mas avances.
Re: Fordson 7V
Trabajazo de documentación y super trabajazo en lo que a la maqueta se refiere, además de muy bien explicados los pasos, me quedo a ver el final, porque va a ser espectacular, Victor.
Re: Fordson 7V
Qué gusto de lecturas provocas con estas historias, en las que además, nos explicas muy bien el proceso. Gracias por compartir estos tus relatos!!
Re: Fordson 7V
Que pasada, comparto todos los comentarios hasta el momento.
Gracias por pasaros y comentar.
Un saludo,
Luis
Un saludo,
Luis
Re: Fordson 7V
Espectacular !!! el rey del aerografo
Re: Fordson 7V
Simplemente GENIAL !!!! Admiro tu talento!!!!!
Re: Fordson 7V
¡Gracias a todos por los cometarios!
La verdad es que así da gusto poner cosas.
Estoy preparando el resto, he sacado dos rayas en la prueba y estoy levemente fuera de combate. ¡Enseguida vuelvo a la brecha!
¡¡Muchas gracias!
La verdad es que así da gusto poner cosas.
Estoy preparando el resto, he sacado dos rayas en la prueba y estoy levemente fuera de combate. ¡Enseguida vuelvo a la brecha!
¡¡Muchas gracias!
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Re: Fordson 7V
Muy bonito.
Un detalle lo de los relojes. Yo también lo uso aunque lo hice con hilo demasiado gordo y no quedó tan fino.
Enhorabuena.
Un detalle lo de los relojes. Yo también lo uso aunque lo hice con hilo demasiado gordo y no quedó tan fino.
Enhorabuena.
Re: Fordson 7V
¡¡Gracias!!bacar escribió:Muy bonito.
Un detalle lo de los relojes. Yo también lo uso aunque lo hice con hilo demasiado gordo y no quedó tan fino.
Enhorabuena.
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Re: Fordson 7V
Ya colocados en su sitio los guardabarros, que encajan a la primera y sin ningún problema, y colocados detallitos como la calandra o los limpiaparabrisas coloco la cabina en el chasis. Este siempre es un momento bonito, empieza a verse el resultado. Por cierto, substituí los limpiaparabrisas por unos de plástico estirado; no es que les pasase nada a los del kit, es que perdí uno.
La cama está pintada con sal una, técnica muy habitual en carros de combate, fácil de realizar y de mucho efecto, aunque hay que tener cuidado de no pasarse y asumir que se está enmascarando, es decir, pintando en negativo.
Para hacerla comencé por pintar el interior de la cama de color, o mejor dicho colores madera.
Empecé por un tono marrón y otro gris mezclados en fresco, al azar. Pincel seco para aclarar y remarcar vetas, aguadas de tinta marrón obscura y negra. Suelo repetir el proceso de subir y bajar tonos un par de veces para conseguir variaciones, e incluso dar alguna aguada muy sutil de rojos, verdes o amarillos para dar más riqueza al asunto.
Y ahora, la diversión… humedezco con agua la zona, sin llegar a encharcarla y voy espolvoreando sal. Suelo utilizar sal gruesa para las zonas mas amplias y fina en los bordes, aunque en algunos sitios aleatorios quedan pegotones de gruesa y restos de fina dispersos por aquí y por allá. Esa es la gracia, conseguir manchas aleatorias. Suelo tener cuidado de no cubrir recovecos y rincones, ya que estos tendrían menos desgaste en la realidad, y concentrarme en zonas centrales y en las que la carga o los golpes hayan desprendido más pintura. Espero a que se seque y pinto con el aero igual que si no hubiese sal, con sus luces y sombras como en el caso de la cabina.
Con la pintura ya seca meto la pieza bajo un chorro de agua suave, y si hiciera falta me ayudo con un pincel también suave. La sal va desapareciendo y el resultado es un desconchado de lo más resultón.
Es posible que si han quedado borde excesivamente duros sea necesario integrarlos con alguna pasada de aerógrafo con pintura muy diluida, mucho, o a pincel. De todas maneras unas aguadas de tinta u óleo para sombrear van a resolver muy bien la situación.
Por cierto, esta técnica va de lujo también para oxidos.
Meto después algo de pigmento en polvo en los recovecos para simular… polvo. Valen perfectamente pinturas al pastel rayadas. Ojo, no hay que pasarse con con los pigmentos que termina pareciendo todo una croqueta.
La cama. Por fuera, está pintada de azula a la vez que el interior, un poco de pincel seco en todas las maderitas que la forman, y un color arena claro en los cuadros interiores pintados a pincel,
Posteriormente las aguadas y sombreados de rigor, un poco de pigmento por aquí y por allá, calcomanías, luces, detallitos…
En la matricula, como es un camión inventado y diferente al que proponía el kit, altero el orden de los números.
La placa de tara y peso, también calcomanía, en vez de meterla en agua y pegarla, la he recortado y pegado directamente con la única precaución de pintar de negro el borde de cartón con el lateral de un rotulados. Así obtengo el volumen necesario para que parezca una placa clavada encima y no un rótulo pintado directamente sobre la madera. La verdad, tenía la intención de cortar un rectángulo de plástico y pegarla encima, pero me di cuenta a tiempo que no tenía mucho sentido…
Y así es como va mi Fordson por ahora.
Tengo que hacer la carga; llevara, tablones, algún saco, quizá andamios amarillos… material de obra, y tengo que modelar al conductor y fijar la escena, pero eso quedará para el próximo curso, que llega el verano y esto se para.
La cama está pintada con sal una, técnica muy habitual en carros de combate, fácil de realizar y de mucho efecto, aunque hay que tener cuidado de no pasarse y asumir que se está enmascarando, es decir, pintando en negativo.
Para hacerla comencé por pintar el interior de la cama de color, o mejor dicho colores madera.
Empecé por un tono marrón y otro gris mezclados en fresco, al azar. Pincel seco para aclarar y remarcar vetas, aguadas de tinta marrón obscura y negra. Suelo repetir el proceso de subir y bajar tonos un par de veces para conseguir variaciones, e incluso dar alguna aguada muy sutil de rojos, verdes o amarillos para dar más riqueza al asunto.
Y ahora, la diversión… humedezco con agua la zona, sin llegar a encharcarla y voy espolvoreando sal. Suelo utilizar sal gruesa para las zonas mas amplias y fina en los bordes, aunque en algunos sitios aleatorios quedan pegotones de gruesa y restos de fina dispersos por aquí y por allá. Esa es la gracia, conseguir manchas aleatorias. Suelo tener cuidado de no cubrir recovecos y rincones, ya que estos tendrían menos desgaste en la realidad, y concentrarme en zonas centrales y en las que la carga o los golpes hayan desprendido más pintura. Espero a que se seque y pinto con el aero igual que si no hubiese sal, con sus luces y sombras como en el caso de la cabina.
Con la pintura ya seca meto la pieza bajo un chorro de agua suave, y si hiciera falta me ayudo con un pincel también suave. La sal va desapareciendo y el resultado es un desconchado de lo más resultón.
Es posible que si han quedado borde excesivamente duros sea necesario integrarlos con alguna pasada de aerógrafo con pintura muy diluida, mucho, o a pincel. De todas maneras unas aguadas de tinta u óleo para sombrear van a resolver muy bien la situación.
Por cierto, esta técnica va de lujo también para oxidos.
Meto después algo de pigmento en polvo en los recovecos para simular… polvo. Valen perfectamente pinturas al pastel rayadas. Ojo, no hay que pasarse con con los pigmentos que termina pareciendo todo una croqueta.
La cama. Por fuera, está pintada de azula a la vez que el interior, un poco de pincel seco en todas las maderitas que la forman, y un color arena claro en los cuadros interiores pintados a pincel,
Posteriormente las aguadas y sombreados de rigor, un poco de pigmento por aquí y por allá, calcomanías, luces, detallitos…
En la matricula, como es un camión inventado y diferente al que proponía el kit, altero el orden de los números.
La placa de tara y peso, también calcomanía, en vez de meterla en agua y pegarla, la he recortado y pegado directamente con la única precaución de pintar de negro el borde de cartón con el lateral de un rotulados. Así obtengo el volumen necesario para que parezca una placa clavada encima y no un rótulo pintado directamente sobre la madera. La verdad, tenía la intención de cortar un rectángulo de plástico y pegarla encima, pero me di cuenta a tiempo que no tenía mucho sentido…
Y así es como va mi Fordson por ahora.
Tengo que hacer la carga; llevara, tablones, algún saco, quizá andamios amarillos… material de obra, y tengo que modelar al conductor y fijar la escena, pero eso quedará para el próximo curso, que llega el verano y esto se para.
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Re: Fordson 7V
Que detalles le has sumado Victor, muy bueno. Y cuando le hagas la carga quedara de fabula.